Desde este año, sea en el laboratorio o en las montañas, un equipo de 46 investigadores trabaja con un sombrío objetivo: determinar la fecha de defunción de nuestros glaciares.
Y en este grupo multidisciplinario –que incluye a meteorólogos, geólogos e ingenieros ambientales–, hay cierto consenso en que elcalentamiento global habrá acabado con los grandes nevados antes del 2100.
Para lograr su meta, los investigadores de Cryo-Perú –como se llama el proyecto– han instalado dos estaciones meteorológicas en los nevados de Artesonraju (Cordillera Blanca, Áncash), Pariacaca (Lima y Junín) y en noviembre colocarán otra más en Coropuna (Arequipa). Todos estos glaciares se ubican por encima de los 4.950 metros sobre el nivel del mar, en la parte occidental de la Cordillera de los Andes.
Los especialistas volverán cada año a los nevados para recoger la información registrada. Tras el análisis, Cryo-Perú tendría, a finales del 2018, un cronograma del tiempo de vida que le queda a cada glaciar.
¿Para qué servirá esto? Según Martí Bonshoms, coordinador de Cryo-Perú en el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), para que el Gobierno planifique, por ejemplo, nuevos proyectos de trasvase de aguas desde la cuenca del Amazonas hacia la costa. Cuando los glaciares desaparezcan, esa sería la única forma de abastecer de agua a las ciudades costeras en invierno, cuando no llueve en la sierra.
—Pérdidas gota a gota— El deshielo de nuestros glaciares es probablemente el problema de sostenibilidad más urgente del Perú. En los últimos 40 años, el país ha perdido el 43% de su superficie glaciar, de acuerdo al último Inventario Nacional de Glaciares y Lagunas que elaboró la Autoridad Nacional del Agua en el 2014.
El Perú tiene hoy 2.679 glaciares con una superficie aproximada de 1.300 kilómetros cuadrados. Las pérdidas de las últimas cuatro décadas se estiman en 870 km2, es decir, un área similar a la de los distritos limeños de Carabayllo, Ancón y Cieneguilla juntos.
“Los glaciares son la reserva de agua dulce para el futuro. Están para que los podamos gestionar de forma correcta, no como la lluvia que es incontrolable”, dice Bonshoms a El Comercio. Cryo-Perú instaló sus estaciones meteorológicas en glaciares de la cordillera occidental, que son los que vierten sus aguas a la costa donde vive el 55,9% de la población del país.
“Desde ya se tienen que planear las inversiones. La situación es insostenible. Tener, por ejemplo, a 10 millones de personas viviendo en Lima, que dependen de tres cuencas [ríos] irregulares y que se están quedando sin reservas, es una locura”, dice. Actualmente la cuenca del río Rímac recibe aguas del río Mantaro gracias a Marcapomacocha. El futuro de Lima dependerá de más de estos proyectos.
Acerca de Cryo-Perú Con un presupuesto de S/5,4 millones, el proyecto Cryo-Perú es un esfuerzo inédito de cooperación institucional e internacional.
Hay trece entidades involucradas, como el Senamhi, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), la Autoridad Nacional del Agua y la Universidad de Alcalá (España).
Sus fuentes de financiamiento han sido variadas e implican aportes de los gobiernos del Perú y España.
Solo en las tres estaciones meteorológicas que se instalan este año, Cryo-Perú invirtió S/180 mil. Vale señalar que el éxito del proyecto depende de que se conserven operativas estas estaciones. El Senamhi ha detectado que delincuentes a veces desmantelan estas estaciones para robar los paneles solares con los que operan.
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