El valle de San Rafael, en Casma, es uno de los más golpeados por el fenómeno del Niño Costero.

Las autoridades han recorrido Nivin, Mojeque, Choloque entroeotros sectores; sin embargo aún nadie ha llegado a “Santa Ana”, donde la fuerza de la naturaleza ha causado destrucción, desapareciendo terrenos de cultivo y dejando cuantiosas pérdidas económicas.

Este pequeño pueblo se ubica a solo 10 minutos de la ciudad de Casma, pasando el puente Carrizal e ingresando por la garita que se encuentra a la izquierda de la Carretera Panamericana Norte. Caminar por su trocha de acceso es observar todo lo perdido. La misma vía incluso está a punto de colapsar, por eso los moradores han talado árboles para ponerlos como defensa. Por el lugar ya no transitan vehículos mayores.

“El cauce del río Casma está hacia unos 100 metros de nuestros cultivos, sin embargo todo se ha desbordado por nuestras chacras, ya no tenemos casi nada y ninguna autoridad nos apoya”, exclama doña Guillermina Olórtegui, quien observa impotente cómo el río se sigue llevando lo poco que consiguió tras trabajar muchos años.

La familia Osorio Guerrero es otra de las damnificadas. En sus terrenos que antes eran verdes, hoy solo observan las aguas marrones del río Casma, ahí se han enterrado dos camionetas y dos casas están a punto de colapsar. De sus cultivos, nada se pudo rescatar.

Son los mismos agricultores que buscan desviar el cauce, realizando trabajos improvisados de defensa ribereña con árboles de molle. Ellos esperan que la municipalidad los apoye y los abastezca de rocas y maquinarias que puedan proteger sus cultivos de exportación.